El fenómeno internet (y su evolución natural) ha supuesto una revolución, no sólo ya en nuestra forma de comunicarnos, sino en los hábitos adquiridos durante cientos de generaciones. Y ha supuesto una revolución total porque, en su propia esencia, la viralización piramidal de contenidos han propiciado un exceso de información para todos los habitantes del planeta, pocos años antes, totalmente impensable.
Así pues, en un escasísimo espacio de tiempo, conviven a la vez generaciones imbuidas en la inmediatez, con otras que, muchas de las cuales, no conocieron ni el agua corriente en su infancia. Toda esta coyuntura ha supuesto un choque de intereses y la necesidad de empresas y particulares de adaptarse a la nueva realidad de forma casi inmediata. El fenómeno en si, como todos los fenómenos que han revolucionado las reglas de convivencia, conlleva aspectos muy positivos, por un lado, y por otros no tanto.
Decía Umberto Eco, en 2013, que el exceso de información no filtra el conocimiento y atasca la memoria del usuario. Y no le faltaba razón. En el uso está la clave. El alud de datos que cada día nos llegan a través de nuestros dispositivos, puede llegar a ser enormemente beneficioso si utilizamos el filtro de la utilidad. La clave está en saber qué es lo que verdaderamente nos interesa y nos va a ser útil en determinados aspectos de nuestra vida, y evitar información difusa y estéril.
Centrándonos en el ámbito del marketing digital, la sobrecarga informativa influye, de manera directa, en la conducta de compra y el mercado se ve saturado por la existencia de una gran cantidad de productos. Es ahí donde entra la especialización y la profesionalización de la disciplina. Ya no se trata de ofrecer un producto objetivamente atrayente. Se trata de dirigirlo hacia el público potencialmente interesado. Y ese público potencialmente interesado es el que ha cambiado sus hábitos en relación con el exceso de información. El cliente potencial ya no busca que lo convenza de nada. Lo que busca, y así lo confirman la gran mayoría de los estudios, es confianza y calidad de contenidos. Por esto, es de suma importancia en cualquier campaña de marketing o plan de Social Media cuidar al máximo aspectos como constancia, cercanía y confianza; todo ello unido a una estrategia perfectamente definida y diseñada para que tanto el cliente como el potencial cliente se sienta «como en su casa» cada vez que le llegue información de la marca.
Por lo tanto, son tiempos de inmediatez y de adaptación al nuevo medio virtual, que se compone de una amalgama de componentes (Webs, Blogs, Redes Sociales, EMails, Foros, etc) cuyo único sentido es que estén coordinados entre sí, adaptando los contenidos a cada formato, creando de esta forma una imagen global de marca, que es la que el usuario va a percibir. Las marcas que implementen estas estrategias en sus proyectos de marketing tendrán más posibilidades de éxito, ya que, en la evolución lineal del tiempo, todo el trabajo desarrollado con antelación, va a suponer una sólida base para futuras estrategias. Y la condición piramidal del Universo Digital será un aliado perfecto en el futuro.
Para entender todo esto, basta con entender que el cerebro humano es limitado. Muy limitado.
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Rafael Cuevas (Social Media Management)
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